Poco le duró lo combativo a #FlavioSosa, sólo el tiempo necesario para concretar la traición a la senadora #SusanaHarp y vender su amor otro senador, Salomón Jara, candidato al gobierno de #Oaxaca por Morena y de quien hasta hace poco renegaba, despotricaba y lo grillaba. Por supuesto, eso fue antes de que le llegaran con “acuerdos” para su grupo conocido como ‘La Sosa Nostra’.
Dicen que la política es para tragar sapos sin gestos y sin vergüenza alguna, pero “don Flavio” (como le llamaba el secretario de Gobernación Carlos Abascal durante el conflicto de 2006) se comportó también como un sinvergüenza.
Para los oaxaqueños no es extraña esta conducta de quien se muestra como ‘luchador social’, pero a quien todos identifican como ‘incendiario social’.
Es conocida su trayectoria de saltos, brincos y reacomodos políticos, pues en su momento no dudó en alzarle la mano al panista Vicente Fox Quesada cuando buscaba la presidencia de México, ni dudó en reunirse y acordar con otro panista, Javier Corral Jurado, quien a la postre fue gobernador de Chihuahua.
Durante la contienda por la candidatura de Morena, Flavio se mostró no sólo como apoyo incondicional de Susana Harp, sino como su hermano político.
Cuando la decisión no le favoreció a la senadora, Sosa Villavicencio no dudó en atacar, fustigar y desacreditar a Salomón Jara, designado candidato por la decisión presidencial disfrazada de encuesta partidista.
Pero como los tiempos políticos cambian, también cambió —otra vez— “el apoyo incondicional” y la congruencia de quien se dice militante de izquierda pero que siempre se acomoda con la derecha.
Los incondicionales de Salomón Jara no lo quieren y lo ven con recelo y desconfianza. Sin pudor, traicionó Flavio Sosa a Susana Harp. Y sin pudor, traicionará Flavio a Salón Jara, porque esa es su historia de vida, esa es su historia política.
