Floriberto Santos
“Vuelvo a entender que nuestro país tiene muchas fallas (sistema de justicia), respeto la decisión, ese delito yo nunca lo cometí, lo juro por mis hijos que son lo más sagrado que no le disparé”, fueron las palabras de Octaviano GG ante el Tribunal de Enjuiciamiento, acusadores y público en general al ser declarado culpable del asesinato del doctor Jorge C. J., ocurrido en mayo del año pasado en la agencia de Candiani.
Tras largos días de debate dentro de la causa penal 503/2018, finalmente ayer en la tarde en los Juzgados de Control de Circuito de Valles Centrales con sede en Tanivet, Tlacolula, los jueces resolvieron el fallo condenatorio en contra del exmilitar.
“He estado en varios lugares y he visto muchas cosas, siempre he sido recto, honesto, yo no cometí ese delito, las características que dan no son las mías, pero soy consciente de la decisión, la justicia es lenta, pero segura, lo único que me queda es aguantar el tiempo que sea necesario, llevo más de un año, quien ya no aguanta es mi familia, si fuera solo mándenme donde quieran”, expresó el ahora juzgado.
LA HISTORIA
Un día antes del crimen, 22 de mayo de 2018, el médico Jorge llevó su camioneta Blazer, color plata, al taller de su amigo para una reparación y, para moverse mientras tanto, solicitó a su hijo Jorge Pavel que le prestara su camioneta unas horas.
Por eso la mañana del pasado 23 de mayo, Jorge C. J. salió muy temprano de su domicilio para ir al taller por su vehículo y devolverle la camioneta a su hijo, en la agencia de Candiani.
Por el servicio, el mecánico no le cobró, por la vieja amistad que mantenían, le diría. Caballero como su apellido, el galeno le dio 200 pesos, “toma para el refresco”, le dijo.
El doctor le pidió además a su viejo amigo que lo apoyara para ir a dejarle la camioneta a su hijo, por ello el ´maistro´ condujo la Blazer, mientras el doctor la otra unidad de motor.
EL ÚLTIMO ENCUENTRO
Eran las 09:30 horas cuando el médico arribó a la casa de su hijo, ubicada en la calle La Palma número 206 de Candiani, donde habita también su esposa. Jorge se estacionó algo retirado del portón, en tanto su mecánico quedó justo frente al acceso principal de la casa en mención.
Jorge tocó el claxon y al momento salió su vástago, con quien platicaron durante varios minutos. A Jorge ‘el junior´, se le hizo raro desde un principio ver a unos metros estacionado un automóvil, raro porque no se le había visto en la zona. Era un auto Chevy Pop, color oscuro, con placas de circulación NFM-1232 del Estado de México, anotó, ‘por si las moscas’.
BALAZOS
Tras la charla, padre e hijo se despidieron, Jorge Pavel ingresó a su casa, se dirigía a su cuarto cuando escuchó el arrancón de un vehículo y enseguida varias detonaciones de arma de fuego.
Como rayo el joven regresó al portón, abrió y vio cuando un hombre moreno, pelo corto, tipo militar, estaba frente a la camioneta de su padre con una pistola en la mano.
Junto a la camioneta, estaba el mismo Chevy Pop, con la puerta del copiloto abierta y al frente del volante otro hombre de complexión delgada, con corte de cabello tipo ‘mango chupado’, esperando a que el portador del arma se subiera y huyeran.
Jorge Pavel vio enseguida debajo de la camioneta Blazer a su padre que estaba tirado, ensangrentado.
El muchacho gritó y pidió auxilio, al mismo tiempo que se acercaban los vecinos para apoyar, solicitando la presencia de socorristas y policías. Jorge se dio cuenta que era los últimos suspiros de su padre.
LA PISTA
Certificado el deceso, Jorge dio todas las características filiatorias de los asesinos, con las cuales agentes estatales de investigaciones comenzaron a indagar.
DAN CON EL CHEVY POP
A las 19:30 horas de ese mismo día, elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) detectaron el vehículo Chevy Pop en el estacionamiento de Plaza Bella.
Previo plan de seguridad, esperaron a que los ocupantes llegaran al vehículo.
Para abordar el auto llegaron dos hombres que tenían las mismas características filiatorias que había descrito el hijo del galeno asesinado.
¿Son ustedes los ocupantes de este auto?, preguntaron los agentes a los desconocidos hasta ese momento.
Les explicaron que andaban buscando un vehículo con las mismas características, pues poco antes se había cometido un homicidio y era probable que los responsables habían escapado en un vehículo de la misma marca y tipo.
“Se mostraron nerviosos y a la defensiva, no tenemos nada que ver en eso, nos dijeron”, asentaron los agentes en su informe policial.
En esa ocasión, los agentes los entrevistaron y así obtuvieron los nombres como el de Octaviano.
ANTECEDENTE
Durante un chequeo en la base de datos, se estableció que Octaviano, en el mismo mes de mayo pasado, había sido detenido por portación de arma de fuego en Ejutla de Crespo, junto con otras dos personas, cuando viajaban a bordo de un auto Chevy Pop.
Durante ese arresto, se le halló una licencia a Octavio, en la cual constaba que era vecino de la colonia Aquiles Serdán, municipio de Santa Lucía del Camino y que era personal de Seguridad Pública en activo.
Obtenido estos datos, con los cuales se prosiguió la investigación, se permitió que los interrogados se retiraran.
UN VIDEO
En la audiencia de ampliación del término constitucional celebrada hace un año, además del señalamiento directo de un testigo, como dato de prueba el fiscal ofreció la videograbación de una cámara de un vecino, en el cual se aprecia cómo el automóvil Chevy Pop escapa velozmente tras las detonaciones de arma de fuego.
MÁS PISTAS
El amigo mecánico de la víctima, declaró que ese día, poco antes de que el doctor se despidiera de su hijo le ofreció llevarlo a su taller, pero él no aceptó porque unas cuadras más adelante acudiría a atender a otro cliente.
“Iba ya a unos metros cuando escuché disparos de arma de fuego, pero no voltee, continué avanzando, por miedo no quise voltear para ver qué pasaba, hasta que quedó silencio voltee y vi que la gente corría hacia la camioneta del doctor”, dijo.
SEIS BALAS
Durante la inspección ocular, los agentes embalaron 18 elementos balísticos, entre casquillos percutidos y fragmentos de bala.
En el cuerpo de Jorge C. J. se hallaron 6 elementos balísticos, ocho oricios de bala en el parabrisas de la camioneta Chevrolet Blazer, color plata y una perforación del mismo tipo en el portón de la casa.
Tras la identificación legal del cadáver, se estableció que Jorge C. era médico cirujano, originario de la población mixteca de San Francisco Yucucundo, Huitepec, perteneciente al distrito de Zaachila y vecino de la colonia Libertad.