Además de muerto, a El Z12, capturado en Miahuatlán, Oaxaca, lo querían descuartizado
No conforme con su muerte, roban el cadáver y lo arrojan en pedazos
Redacción AM/PM
El día que en Miahuatlán, Oaxaca, a Luis Reyes Enríquez, El Z-12, -identificado como uno de los líderes fundadores de Los Zetas- le ejecutaron una orden de aprehensión, confesó que no quería ser trasladado a Nuevo Laredo, Tamaulipas, sabía lo que le esperaba, pero las autoridades de esta entidad fronteriza lo reclamaron.
“Se le notaba el miedo, no quería ser trasladado, pero se le requería allá”, contó un elemento policiaco que participó en el operativo de detención el pasado mes de noviembre.
Como lo temía, el mismo día en que ingresó a una celda del penal de Nuevo Laredo lo asesinaron con arma blanca, pero todo indica que sus contrarios no estuvieron conformes con esto, ya que según medios nacionales el cuerpo fue robado de la funeraria Valdez, en Nuevo Laredo, donde lo velaban sus familiares.
Supuestamente, miembros del Cártel del Noreste se encargaron de la operación, para luego desmembrar el cadáver, meterlo en varias hieleras y abandonarlas en Apodaca, Cadereyta y Topo Chico. Los restos fueron dejados con cartulinas con mensajes amenazantes, firmadas por “Operativa GAFE, Fuerzas Especiales CDN.
Luis Reyes Enríquez, identificado por la policía como uno de los hombres más cercanos a Osiel Cárdenas Guillén, era parte del Ejército Mexicano, miembro del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (Gafe).
Estuvo comisionado en la Delegación de Tamaulipas, como agente de la extinta Policía Judicial Federal.
Fue también brazo armado del Cártel del Golfo, con “Los Zetas”, grupo conformados con desertores del Ejército.
Al ser detenido Osiel Cárdenas, “Los Zetas” se fueron separando del Cártel del Golfo para conformar una organización criminal independiente.
Más tarde, esta organización tuvo sus fracturas, formándose así “Los Zetas Vieja Escuela” y el Cártel del Noreste y con ello fuertes disputas.
“El “Z-12” fue detenido en 2007 por elementos del Ejército en Hidalgo, pero liberado en 2015 del penal de Puente Grande en Jalisco luego de ser absuelto.
Poco después se ordenó su reaprehensión y fue recapturado en 2016, quedando recluido en el penal federal de Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca.
El pasado 16 de noviembre, Luis Reyes cumplió su condena, sin embargo contaba en su contra con otra orden de aprehensión pendiente en Tamaulipas, misma que le fue ejecutada.
Por ello fue trasladado al penal de Nuevo Laredo, donde lo esperaban sus ‘contras’ para darle un sanguinario final.